Hola viajer@! Hoy quiero hablar del bonito viaje que hicimos en Portugal, un País maravilloso, a orilla del Océano Atlántico, lleno de gente encantadora, rico de cultura, de música y con comida y vinos excelentes! Definitivamente un País todo por descubrir.
Como ya es sabido, nos encanta viajar en coche porque nos da muchísima libertad de movimiento y de cambiar los planes sobre la marcha así que a Portugal también fuimos en coche. El viaje es largo, desde Valencia son casi 900 kilómetros así que decidimos hacer una parada de una noche en Cáceres antes de entrar en tierra portuguesa y aprovechar para conocer algo de Extremadura, región que aún no hemos visitado.
Para acompañarnos en éste viaje he escogido a Mariza, grandísima referente mundial de fado que he tenido la suerte de escuchar en vivo. Déjate emocionar por su voz…
Lo primero que vimos al entrar en Portugal fue el Cristo Rey, ubicado en Almada una ciudad en el área metropolitana de Lisboa.
Se trata de una estatua (adrede muy parecida al Cristo Redentor de Río de Janeiro) situada encima de un pórtico de unos 70 metros de altura que, con sus brazos abiertos, mira hacía la ciudad de Lisboa y al río Tajo.
Desde éste mirador hay unas vistas espectaculares sobre Lisboa y su Puente 25 de abril, el puente colgante más largo de Europa con sus 2.277 metros de longitud. Seguramente te recordará el Golden Gate de San Francisco, esto es porque fue construido por la misma empresa americana!
Lisboa
Llegamos a Lisboa, una ciudad que enamora al instante. Nos alojamos en el barrio de Belém justo al lado del espectacular Monasterio de los Jerónimos y de la Torre de Belèm, ambos ejemplos del estilo gótico manuelino y patrimonio de la Humanidad desde 1983. Tengo que decir que la elección fue acertadísima porque, además de ser un barrio precioso, nos permitió movernos por la ciudad sin tener que depender en ningún momento del coche. Y encima ahí se encuentra la famosísima fabrica y pastelería que produce el pastel de Belém desde 1837 y que vas a recordar toda la vida, ¡mejor no podíamos empezar!
Sin salir de la zona de Belém, pero acercándonos a la rivera Del Río Tajo, nos encontramos con el Padrao dos Descobrimentos, el Monumento de los Conquistadores. Su construcción es del año 1960 coincidiendo con la conmemoración del 500 aniversario de la muerte de Enrique El Navegante.
La grandeza de ésta ciudad se ve reflejada en la bellísima plaza del Comercio o Terreiro do Paço, símbolo de la ciudad y de su reconstrucción después del gran terremoto de 1755. En uno de los márgenes de la Plaza nos encontramos con el Arco da Rua, que nos da acceso al barrio de Baixa. Callejear por Lisboa es un salto en muchas épocas y culturas, es antigua, es moderna, es sorprendente. En cada rincón se respira aire romano, manuelita, barroco, bohemio…es una mezcla de culturas y de estilos que te deja totalmente fascinado. Si quieres hacer un tour guiado por esta zona pincha aquí.
Si quieres tener unas vistas impresionantes sobre la ciudad y el Río Tajo te recomiendo ir a visitar el Castillo de San Jorge y pasear por el barrio de Alfama.
Sin embrago, una de las zonas dónde más he notado la creciente revitalización que está viviendo Portugal ha sido el Parque de las Naciones, la zona portuaria rehabilitada para la Exposición Universal de 1998 dónde se encuentra el Oceanario, uno de los mayores de Europa.
Lisboa merece por lo menos un par de días, hay muchísimo que ver y te querrás quedar más tiempo así como nos pasó a nosotros!
Estoril y Sintra
Saliendo de Lisboa y antes de llegar a Obidos hicimos unas cuantas paradas todas muy cerca entre sí. La primera fue en Estoril, famosa por su circuito de Fórmula 1 y su Casino. El pueblo es bonito y se visita rápidamente, el paseo por la orilla del Océano Atlántico es muy agradable.
Estoril se encuentra bajo el ayuntamiento de Cascáis, conocida como el “refugio de los famosos” debido a que sirvió de refugio a la familia real española y también a otras familias reales europeas. El pueblo costero es un gran atractivo turístico por encontrarse tan cerca de Lisboa (unos 30 kilómetros aproximadamente). Recomiendo dar un paseo por el Jardín Visconde da Luz, inaugurado en 1867 y por el bonito centro histórico del pueblo, lleno de tiendecitas y bares, que nos lleva a las dos playas más famosas de Cascáis: la Praia da Rainha y Praia da Ribeira, también conocida como la “playa de los pescadores”, un precioso rincón en el corazón del pueblo.
Pero lo que nos dejó absolutamente sin palabras fue Sintra, un pueblo de ensueño situado en las colinas de la Sierra de Sintra. Lord Byron dijo de éste lugar: “Estamos en uno de los lugares más bellos de la tierra” y la verdad no me cuesta creer su fascinación.
Se visita tranquilamente en un día y lo que más nos impactó fue el contraste de estilos, colores y extravagancia de sus palacios y mansiones todo inmerso en un bosque tan mágico que crees que pueden aparecer elfos en cualquier momento, ¡parada obligatoria!
La visita de Sintra pasa por un paseo por su pequeño pero precioso centro histórico, al Palacio Nacional de Sintra también conocido como Quinta da Regaleira, al Palacio Nacional da Pena y sus preciosos jardines y a las ruinas del Castelo dos Mouros. Si tienes más de un día se pueden visitar también el Palacio de Seteais, el Convento dos Capuchos y el Santuario de Peninha. Nosotros solo estuvimos un día así que no los vimos.
Saliendo de Sintra paramos en el estupendo Cabo da Roca, etapa imprescindible por la belleza del cabo y las vistas excepcionales al Océano.
Circuito de Estoril Subasta del pescado
Praia da Rainha
Palacio da Pena
Cabo da Roca
Obidos
Llegamos a Obidos, una de las poblaciones más pintorescas de Portugal dónde personalmente vi el mejor y más grande mercadillo medieval de mi vida! Nos alojamos en Caldas da Rainha, a unos 8 kilómetros de Obidos inmerso en plena naturaleza y en el silencio total.
Obidos es una pequeña villa amurallada en la que encontrarás casas pintadas tradicionales, un laberinto de estrechas calles empedradas y un castillo medieval que lleva más de 800 años protegiendo la región.
Entrando en el pueblo te encuentras con La Porta da Vila, la entrada principal a Obidos. Ojo porque su exterior engañosamente sencillo esconde una preciosa capilla que se eleva por encima de la calle principal, ve a visitarla ¡te gustará!
Como ya he dicho, nosotros tuvimos la suerte de llegar ahí durante el Festival Medieval que va desde mediados de julio hasta principios de agosto. Un mercado repleto de gente vestida al mejor estilo medieval, puestos de comida, exhibiciones, conciertos y todo en el marco del impresionante Castelo de Obidos, un castillo del siglo XIII construido bajo el reinado del Rey Dom Dinis. En la década de 1950 el castillo fue transformado en un lujoso hotel, la Pousada Castelo de Obidos.
A parte de disfrutar del mercado medieval vistamos también la principal iglesia de Obidos, la Igreja de Santa Maria con su pórtico de estilo renacentistas y, en el interior, sus murales de azulejos y arte religioso de estilo gótico. Esta iglesia tiene importancia histórica porque aquí se casaron el Rey Afonso V y su prima Isabel en 1444, cuando tenían respectivamente ocho y diez años!
También recomiendo visitar el Acueducto que se extiende a lo largo de 3 km al sudeste de Obidos y otros 3 km de túneles hasta el manantial de agua.
Castillo de Obidos La muralla
Mercado medieval Mercado medieval
Alcobaça y Coimbra
Salimos en dirección Coimbra, tercera ciudad en importancia del País y antigua capital de la nación pero antes paramos en Alcobaça para ver la primera obra gótica de todo el País, su Monasterio del siglo XII Patrimonio de la Humanidad desde 1989 y elegido en 2007 como una de las Siete Maravillas de Portugal (las otras seis son el Castillo de Guimarães, el Castillo de Obidos, el Monasterio de Batalha, el Monasterio de los Jerónimos de Belém, el Palacio da Pena y la Torre de Belém). Su nave central te dejará sin aliento por su imponente sencillez.
También visitamos el Jardín del Amor, así llamado en honor del triste amor entre Pedro de Portugal e Ines de Castro.
Monasterio de Alcobaça Nave central del Monasterio de Alcobaça
Salimos de Alcobaça para dirigirnos a nuestro siguiente destino cuando, en la ruta alternativa que escogimos para llegar a Coimbra, nos llamó la atención un pequeño cartel que indicaba una aldea. Decidimos seguirlo y nos desviamos empezando a subir por la montaña, después de un rato pensábamos habernos equivocado cuando nos aparece delante de los ojos una pequeñísima aldea toda de piedra inmersa en el bosque, un salto a un siglo atrás en plena paz y el silencio!
Sin saberlo habíamos llegado en una de las aldeas que conforman las Aldeias do Xisto (Aldeas de esquisto), 27 aldeas de esquisto, que deben su nombre a la piedra utilizada en la construcción de las casas y la más abundante en la región y que se extienden por las sierras de Lousã y Açor, hasta cerca de la Serra da Estrela. Estas aldeas se han reformado de una manera exquisita para ser utilizadas como alojamiento rural para todo aquel que quiera perderse en plena naturaleza, lejos de los ruidos y la velocidad de las ciudades recuperando la sencillez de la vida de un tiempo pasado.
Aldeia do Xisto
Finalmente llegamos a Coimbra, en cada rincón se respira aire de Fado. Callejear por sus estrechas calles y la mezcla de historia, decadencia y modernidad que se respira, te hace entrar en contacto con el más profundo espíritu de éste género musical portugués.
Recomiendo visitar la Universidad, la más antigua de Portugal. A parte de las vistas espectaculares que tiene sobre el Río Mondego, esta prestigiosa universidad fundada en 1290 fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2013.
La Catedral Vieja o Sé Velha, aunque desde el exterior se parezca más bien a un pequeño castillo, alberga en su interior una precioso claustro gótico.
Paseando hacia el atardecer llegamos a la Plaza 8 de Mayo donde nos encontramos con la impresionante fachada del Monasterios de Santa Cruz y un concierto de un guitarrista que nos hizo entrar aún más en el alma portuguesa.
Uno de los lugares más antiguos de Coimbra que hay que visitar es el Arco de Almedina, antigua puerta morisca del siglo XI que formaba parte de la muralla medieval que rodeaba la ciudad. Esta puerta es la única que sigue en pie de las tres puertas que se utilizaban para acceder a la villa.
Si te gustan las historias y las leyendas de los lugares que visitas y quieres hacer un tour guiado gratuito en el que te cuenten todos los misterios de Coimbra picha aquí!
Catedral Vieja Monasterio de Santa Cruz
Aveiro y Oporto
Antes de llegar a Oporto, nuestro siguiente destino, paramos en Aveiro, conocida como la Venecia portuguesa. Obviamente siendo yo italiana no puedo confirmar que este apodo sea acertado ya que el pueblo no tiene nada que ver con la grandeza de Venezia, aún así merece una parada para visitar su casco antiguo en el que se encuentra la Catedral aunque lo más bonito para mi es dar un paseo por el Barrio Beira Mar, barrio marinero entre canales con pintorescas casas de fachadas de colores.
Finalmente llegamos a Oporto que me ha enamorado nada más llegar! Es una ciudad que, para mí, representa la verdadera esencia de Portugal: arte, belleza, cultura, música y gastronomía.
Como siempre lo primero que recomiendo es dar un paseo por el casco antiguo para poder disfrutar de sus fachadas coloradas y sus típicos balcones. Subiendo a la parte alta podrás ver la Estación de tren, que alberga pinturas y mosaicos que representan escenas cotidianas de las diferentes épocas del año ambientadas en el siglo XX.
Siempre en la parte alta de la ciudad, en el barrio de Batalha se encuentra la estupenda Catedral o la Sé, uno de los edificios más antiguos de Oporto (es del siglo XII). Desde la terraza de la plaza de la iglesia hay unas vistas espectaculares sobre la ciudad y su río Duero.
Baja de la Catedral por el barrio do Barredo, un mix de historia, decadencia y esencia verdadera de la ciudad.
La Torre de los Clérigos, uno de los emblemas de la ciudad, se ve desde cualquier punto de Oporto, es una parada obligatoria. Si te animas a subir sus 200 escalones, las vistas desde su mirador son impresionantes!
A pocos pasos te topas con otro gran emblema de la ciudad, sobre todo si eres fan de Harry Potter: la Librería Lello e Irmão, un impresionante edificio neogótico de 1906 que te llevará atrás en el tiempo gracias a su espectacular escalera de madera y su techo acristalado, una parada obligatoria aunque, debido a las enormes colas que se formaban en la librería, han puesto un billete de entrada de 5€ que se descuentan si compras algún libro.
Al cruzar el Río Duero se llega a Vila Nova de Gaia, recomiendo dar un paseo al atardecer por la ribera del Duero a la altura del puente Don Luis I, te encantará. Esta zona está repleta de bodegas, bares y restaurantes donde poder disfrutar de un aperitivo o de una cena gozando de las estupendas vistas.
Cúpulas de la Catedral
Fonte da Juventude Menina Nua Librería Lello e Irmão
Guimarães y Barcelos
Al norte del País a unos 60 kilómetros de Oporto encontramos Guimarães, otra ciudad de origen medieval cuyo bello centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2001 y que los portugueses consideran como la cuna de Portugal, de hecho en una de las entradas de su muralla hay un cartel que pone “Portugal nació aquí”.
El Castillo, ubicado en la Colina Sagrada junto con la Iglesia de San Miguel do Castelo y el Palacio de los Duques de Bragança, merece una visita para entender la importancia histórica de esta ciudad.
Bajando hacia el centro recomiendo pasear por la Rua de Santa María, la calle central de la ciudad, hasta llegar a las murallas, a la plaza S. Tiago y el Largo da Oliveira, que debe su nombre a un olivo centenario plantado en éste lugar. Aquí podrás ver un pequeño pero precioso templo gótico erigido durante el reinado de D. Afonso IV que conmemora la batalla del “Salado”, donde portugueses y castellanos vencieron a las fuerzas del reino moro de Granada, en 1340.
En la parte de atrás se encuentra la Iglesia de Nossa Senhora de Oliveira, el primer monumento gótico erigido en la región de Minho.
Rua de Santa María Iglesia de Nossa Senhora de Oliveira Templo gótico en Largo da Oliveira
Barcelos es la ciudad que da origen a la leyenda del gallo como símbolo de Portugal además de ser una importante parada para los peregrinos que hacen el camino portugués de Santiago de Compostela desde Oporto.
Si quieres conocer la leyenda del gallo de Barcelos picha aquí.
Definitivamente lo más bonito y emblemático, además de los bonitos gallos colorados esparcidos por toda la villa, son las ruinas del antiguo Palacio de los Condes de Barcelos. Sus orígenes son del siglo XV y los Condes vivieron ahí hasta el siglo XVII cuando fue abandonado, además en 1755 hubo un fuerte terremoto que lo dejó en ruinas. Aún así merece una visita.
También recomiendo visitar la Iglesia de Santa María Mayor, de estructura románica alberga en su interior unos azulejos de 1721 que narran la historia de Santa María.
La plaza Largo de Porta Nova es otro conjunto de monumentos con gran valor arquitectónico, como la torre medieval, la Iglesia de Bom Jesus o el Jardim das barrocas donde poder dar un bonito paseo.
Palacio de los Condes de Barcelos
Viana do Castelo y Bragança
Antes de llegar a nuestra ultima etapa quisimos parar en Viana do Castelo que se encuentra a mitad camino entre Oporto y Lugo (Galicia) para ver el Santuario de Santa Luzia, una impresionante obra arquitectónica inspirada en la Iglesia del Sagrado Corazón de Paris ubicada en la cumbre del monte Santa Luzia y que ofrece unas vistas espectaculares sobre la ciudad y la costa. Sus imponentes rosetones son los más grandes de la Península Ibérica y los segundos más grandes de Europa, definitivamente mereció la pena parar.
Cerca de la basílica, y también ubicadas en el monte, se pueden visitar las Ruinas de la Cidade Velha, las ruinas de la antigua ciudad vieja.
Santuario de Santa Luzia Altar mayor del Santuario
La última etapa de nuestro fantástico viaje a través de Portugal termina en Bragança, otra ciudad con un importante peso histórico que empieza por su nombre que está íntimamente ligado a la historia de Portugal, ya que en 1640 la dinastía de los duques de Bragança ocupará el trono portugués, hasta el siglo XIX.
A través de la Puerta del Sol se entra a la Ciudadela, toda rodeada por una impresionante muralla que se comenzó a construir en 1377 y que cuenta con 15 torres, unas de planta rectangular y otras circular, de las que destaca la Torre de la Princesa. La otra puerta principal de la muralla se encuentra justo en el lado opuesto y recibe el nombre de Puerta de San Antonio o de la Villa, ya que es por donde hay que salir para bajar a la ciudad de Bragança, propiamente dicha.
Desde la plaza de la Sé parten callejuelas que llevan al barrio judío, cuyo origen se remonta a cuando multitud de comerciantes judíos de telas, se establecieron aquí en busca de prosperidad.
Recomiendo visitar el castillo, construido en 1187. La Torre del Homenaje, además de ofrecer unas maravillosas vistas panorámicas sobre la ciudad desde sus 33 metros de altura, alberga el interesante Museo Militar de Bragança.
Muy cerca del Castillo se halla la Domus Municipalis un edificio muy curioso de arquitectura románica, único en la Península Ibérica, probablemente construido a principios del siglo XII es el consistorio más antiguo de Portugal.
Castillo de Bragança Plaza de la Sé
Dónde comer
La comida en Portugal está riquísima y es muy barata así que podrás dar rienda suelta a tu paladar y disfrutar de platos y vinos que no te dejarán indiferente. Aquí te dejo unos restaurantes que nos han gustado especialmente:
- Lisboa Marisquería M, se encuentra en el barrio alto de Lisboa se come marisco y pescado fresquisimos acompañados por vinos portugueses excelentes a precio muy bueno.
- Lisboa A tendinha do Rossio – Praça D. Pedro IV, 6. Una de las hosterías más antiguas de la ciudad donde poder probar un verdadero bocadillo de bacalao.
- Caldas da Rainha Taberna do Manelvina si quieres probar carne excepcional y muy barata.
- Caldas da Rainha Solar dos Amigos otro restaurante típico donde comer carne y/o pescado a buen precio.
- Coimbra Maria portuguesa pequeño restaurante muy acogedor, déja que Maria, su dueña, elija por ti las tapas a probar, ¡no te arrepentirás!
- Oporto Mercado do Bolhão, en el corazón de la ciudad no puedes perderte ésta visita y parar en sus viejos bares a tomar algo.
- Oporto Restaurante Rabelos para disfrutar de una buena cena mirando al Duero y a Oporto al atardecer.
- Bragança Solar Bragançano un bonito restaurante con un agradable patio interior donde disfrutar de una excelente cena con un servicio impecable.
Dónde dormir
- Lisboa Hotel Jerónimos 8
- Caldas da Rainha Casal da Eira Branca
- Segade (Coimbra) Terraços da Beira
- Porto Axis Porto
- Barcelos Art’otel Barcelos
- Bragança Hotel Santa Apolonia
Y aquí termina el viaje, espero te haya gustado éste País que a mi me ha enamorado, ¡hasta la próxima aventura viajer@!